Tipos de reestructuración empresarial: ¿cuál es el ideal para ti?
Existen diferentes tipos de reestructuración empresarial que sirven como referencia para cambiar de manera drástica y tangible el modelo de operación y gestión.
La reestructuración es un proceso de transformación, pensado para un mejor funcionamiento futuro, que cualquier organización puede asumir independientemente de su giro de negocios y tamaño, siempre y cuando siga una metodología efectiva y tenga muy claros sus objetivos.
Para orientarte en relación a este tema, en el presente artículo te explicaremos cada uno de los tipos de reestructuración empresarial, a la vez que compartiremos principios básicos que fundamentan el éxito de este proceso.
Tipos de reestructuración empresarial
Los tipos de reestructuración empresarial dependen de la necesidad detectada y el área transformada, entre otras variables. De esa manera, se dividen en tres grandes grupos:
1. Reestructuración organizacional interna
Es un modelo de reestructuración que se ejecuta con el objetivo estratégico de incrementar los niveles de eficiencia, tanto de forma general como de los diferentes departamentos que conforman la organización.
De esta manera, la reestructuración se considera efectiva y finalizada cuando se obtienen resultados como:
- Eliminar cuellos de botella;
- Integrar equipos de trabajo;
- Ampliar el organigrama;
- Generar nuevas oportunidades de liderazgo.
Una de las principales ventajas de este tipo de reestructuración es que permite hacer más flexible a las empresas y adaptarlas a los nuevos esquemas de mercado, comportamientos de usuarios y la época en general.
Es muy posible que una empresa fundada hace varias décadas atrás y que haya mantenido su estructura inamovible requiera de esta transformación para ser más competitiva y relevante en la actualidad.
Otro punto a favor es que se trata de un cambio trascendental sin que esto involucre grandes complejidades legales, ya que la personalidad de la compañía se mantiene e, incluso, es posible que también permanezca dentro del mismo nicho de mercado.
El desafío jurídico puede radicar en redefinir en aspectos como:
- Redefinir modelos contractuales: de acuerdo a la nueva estructura organizacional y necesidades de la empresa reestructurada.
- Establecer modelos de distribución de dividendos: lo cual no solo debe adherirse a las expectativas de socios y partes interesadas, sino también a los parámetros permitidos por la legislación.
- Constituir nuevas sociedades e instrumentar su relación con la empresa.
- Redefinir acuerdos con proveedores.
No obstante, debido a su amplitud, sí demanda un gran esfuerzo operativo y de adaptación al cambio, en el que deberás apoyar al resto de tu equipo de trabajo.
2. Reestructuración tecnológica
En los últimos años, entre los tipos de reestructuración empresarial, este es uno de los que ha cobrado mayor relevancia.
Muchas empresas necesitan reestructurarse desde el punto de vista del equipamiento tecnológico y las políticas asociadas, más allá de implementar determinados software, redes o sistemas.
También, en esta época avanzada de transformación digital, los mecanismos tradicionales para administrar datos de terceros demandan cambios drásticos con implicaciones legales y operativas.
Algunos procesos que pueden formar parte de una reestructuración tecnológica son los siguientes:
- Debida inteligencia en fusiones de TI (tecnologías de la información): consiste en analizar los niveles de conformidad y transparencia de potenciales socios o proveedores de sistemas de TI, con la finalidad de mitigar el riesgo y salvaguardar los presupuestos en tecnologías.
- Redefinición de políticas de privacidad: esta es una acción de gran alcance, fundamental tanto para el compliance como para la eficiencia interna y la confiabilidad. Reestructurar estas políticas es un proceso complejo que debe considerar estándares internacionales, legislación local, tecnologías disponibles y otras variables.
- Implementación de herramientas legales tecnológicas: Asistencia en la implementación de plataformas de firmas digitales y herramientas de legaltech para, por ejemplo, mejorar el archivo de documentación, y proveer seguimiento instantáneo de asuntos con los asesores legales.
Tomando en cuenta lo dicho anteriormente, los principales retos para esta reestructuración radican en el conocimiento y la especialización, tanto a nivel legal como en cuanto a tecnologías relevantes y emergentes.
No obstante, enfrentar su complejidad es necesario considerar, ya que la tecnología y recursos asociados están hoy entre los principales activos estratégicos de todo negocio.
3. Reestructuración legal financiera
Cuando una empresa debe replantearse la administración de capital, la estructuración de las cuentas e incluso las fuentes de ingreso, este tipo de reestructuración suele ser una vía explorada.
Entre los ejemplos de las acciones de la reestructuración legal financiera encontramos:
- Reducción de nómina como una de sus medidas más drásticas y complejas;
- Revisión de deudas y gestión del crédito con la finalidad de incrementar la rigurosidad de las políticas;
- Movimientos corporativos como fusiones, escisiones y constitución de nuevas sociedades.
- Restructuración de acuerdos comerciales con proveedores, clientes, y otras partes interesadas (stakeholders).
Considerando sus acciones, la complejidad legal forma parte de los desafíos a superar al emprender este tipo de renovaciones y cambios.
El asesoramiento experto y la representación jurídica es fundamental para evitar inconsistencias e incumplimientos a la legislación laboral o mercantil que luego puedan poner en riesgo de sanciones a la empresa.
Principios básicos para ejecutar una reestructuración empresarial
Si bien hay diferentes tipos de reestructuración empresarial, cada uno con sus particularidades, existen principios básicos y generales para ejecutar cualquiera de ellos. Nos referimos a los siguientes:
I. Existencia de un causal
La decisión de reestructurarse no es un hecho aislado, sino la consecuencia de una necesidad claramente identificada.
Las causas para emprender algunos de estos tipos de reestructuración empresarial pueden ser tanto internas como externas:
- Causas internas: problemas de liquidez, rigidez de estructura organizacional, identificación de potenciales no aprovechados y cualquier señal procedente del seno de la empresa que alerte sobre la necesidad de reinventarse. Sumadas a estas, otra causa interna de gran importancia es el cambio generacional de una empresa familiar.
- Causas externas: aquí encontramos coyunturas económicas, amenazas competitivas o gubernamentales, innovación tecnológica y amenazas gubernamentales. Esta última puede ser por cambios regulatorios o por contingencias de litigios fiscales.
II. Ejecución gradual
Al tratarse de un proceso complejo, su ejecución es paulatina y fundamentada en diferentes etapas, que son:
- Diagnóstico: es la identificación y formulación detallada del problema o necesidad detectada, independientemente de si su causa es interna, externa o mixta.
- Tratamiento del problema: es la parte operativa y práctica, basada en la adopción e implementación de cambios, la ayuda externa y experta, las actualizaciones legales y, en general, todo lo que conlleva el traslado del plan de reestructuración empresarial a la realidad.
- Recuperación y crecimiento: en esta etapa ya se han adoptado y practicado todas las estrategias y cambios, así que lo siguiente es seguir asimilándolas, detectar áreas de oportunidad y generar un ambiente de optimización constante en el nuevo modelo de operación.
III. Aspectos legales cubiertos
Previo a iniciar cualquier reestructuración empresarial, es necesario verificar la viabilidad jurídica de este movimiento, así como establecer un plan de ejecución con un enfoque basado en riesgos, para la implementación de los instrumentos jurídicos y ajustes corporativos necesarios.
Es esencial que la organización haya analizado las implicaciones legales y potenciales retos en este sentido.
IV. Sinergias humanas y culturales
El factor humano y la cultura organizacional no pueden quedar de lado cuando se ejecuta una reestructuración empresarial, pues precisamente estos son los elementos más impactados de una decisión de esta naturaleza.
Que exista sinergia con los involucrados y que los cambios vayan en línea con la cultura y valores de la organización son elementos fundamentales.
¡Gracias por leernos! Ya conoces los elementos fundamentales de este proceso y los diferentes tipos de reestructuración empresarial.
Como puedes apreciar, el condicionante legal es uno de los principales aspectos a valorar y gestionar cuando se ejecuta una reestructuración.
Si tienes dudas en este sentido o quieres compartir tu opinión acerca de este artículo, ¡déjanos un comentario!